“Es necesario seguir trabajando para abrir las semánticas de la discapacidad a otros significados posibles”
Asun Pié Balaguer es Doctora en Pedagogía por la UB, profesora e investigadora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, y miembro del Grupo de Investigación CareNet (IN3-UOC). Su trayectoria de investigación se centra en los Feminist Disability Studies, y el impacto de las políticas públicas en la dependencia y la inclusión social en España. Co-dirige el Posgrado en Salud Mental Colectiva (UOC-URV) y forma parte del Comité Científico del Congreso sobre el derecho a la autonomía personal.
-¿Qué importancia tiene la autonomía personal para las personas con discapacidad?
La primera cuestión a señalar es qué entendemos por autonomía. Generalmente se asocia a la autosuficiencia y justamente pensamos que es importante deconstruir esta idea e incorporar la dimensión de la interdependencia asociada a la vida en su conjunto. Cabe decir que desde aquí la sectorización específica o las políticas exclusivas para las personas con discapacidad no tienen mucho sentido; otra cuestión serán los apoyos específicos. En cualquier caso, personalmente prefiero hablar de vida independiente que de autonomía.
-¿Qué falta para que el derecho a la autonomía personal se generalice a todas las personas con y sin discapacidad?
Creo que es una pregunta trampa y que debemos cuestionarnos la organización social fuertemente capacitista que distorsiona el funcionamiento humano vinculado a la connatural interdependencia. Capacitismo quiere decir valorar las vidas de las personas por sus capacidades y no por su dignidad intrínseca.
Por tanto, el combate contra los capacitismos que nos atrapan a todos, pero particularmente a las personas con discapacidad, genera rechazo y exclusión social desde sus mismos fundamentos. Otra cuestión sería preguntarnos qué falta para que el derecho a la vida independiente sea un derecho de todos y todas. Y por vida independiente entendemos la posibilidad de desarrollar el proyecto de vida que cada cual tenga. Y si la vida independiente es un derecho, como así queda recogido en el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad, el Estado debe disponer las herramientas para hacerlo efectivo.
-¿En qué medida puede la autonomía personal ayudar para que las personas con discapacidad puedan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones y puedan vivir de manera independiente?
Lo que puede ayudar es cuestionar y detectar los infinitos capacitismos relacionales y estructurales de nuestras sociedades. Exigir una responsabilidad pública frente al desarrollo de programas para la vida independiente y que además sean fieles a sus principios de autogestión. Es decir, cumplir el marco legal de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, que quedó ratificado por España en 2008, y que es de obligado cumplimiento. Finalmente, puede ayudar comprender que no se trata de hacer las cosas sin apoyos, sino de hacer efectivo el derecho a la asistencia personal, que es la herramienta que me permitirá poder llevar una vida independiente.
-Como experta en temas de discapacidad e inclusión social, ¿cuáles son los problemas actuales que impiden la autonomía personal de las personas con discapacidad?
Problemas tenemos muchos, pero destaco los siguientes:
-La naturalización de los capacitismos inherentes a la mayoría de políticas sociales. Quiero decir que del mismo modo que siglos atrás ni siquiera se detectaban los machismos como tales, estando fuertemente arraigados en las relaciones humanas, actualmente ocurre lo mismo con los capacitismos.
-La fuerte presión para la consecución de la autosuficiencia en nuestras vidas. Esto es algo relacionado con el sujeto productivo que el mercado requiere y que por lo tanto reproducimos y alimentamos desde muchas lógicas dispersas e institucionales.
-El imaginario social sobre la misma discapacidad, es decir, qué significa en términos sociales la discapacidad. Es necesario seguir trabajando para abrir las semánticas de la discapacidad a otros significados posibles que conlleven pensar los cuerpos desde la diversidad y no desde el déficit. Cambiar la mirada social sobre los cuerpos y mentes no normativos es fundamental para dar un salto cualitativo importante. Y esto no es posible si no nos interrogamos sobre las definiciones previas que hemos hecho del ser humano y sobre lo qué es una vida digna, en nuestra actualidad.
-¿Cuales considera que son las líneas del futuro para mejorar la autonomía personal?
Seguir luchando por la garantía de derechos, por el cumplimiento de multitud de leyes estatales e internacionales que se incumplen. La conciencia política es importante para seguir trabajando. Ningún colectivo ha conquistado sus derechos sin una consolidación de su sujeto político. A los cuerpos no normativos no les pasa nada, son los contextos los que tenemos que cambiar y parte de esta transformación está relacionada con los instrumentos de accesibilidad y de apoyo personal. Es decir, por ejemplo, el derecho a la asistencia personal no debería ser una discusión, sino un derecho garantizado de partida.
Por otro lado, creo que también es importante empezar a trabajar colectivamente y no de modo sectorizado como venimos haciendo. El debate público sobre los déficits en el campo de la discapacidad es general, no sectorial. Por lo tanto, se trata de reaprender a situarnos e ir más allá de nuestros servicios y programas, entender las relaciones desde la colaboración y no desde la confrontación.
El debate público sobre los déficits en el campo de la discapacidad es general, no sectorial
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