“Tenemos que conseguir la autonomía funcional de las actividades cotidianas»

Arquitecta, profesora en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, ​​miembro del Consejo del Centro de Cooperación para el Desarrollo y de la Junta de la Cátedra UNESCO de Sostenibilidad, y presidenta de la Demarcación de Barcelona del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), Sandra Bestraten nos explica los retos de ciudad accesible para todos, uno de los ejes del Congreso #dap2019.

-¿Cuáles son los problemas que impiden la accesibilidad a las personas con discapacidad?

El principal reto es que todas las personas y administraciones entiendan lo que es la ‘cadena de la accesibilidad’, es decir que tenemos que conseguir la autonomía funcional de las actividades cotidianas. No solo es entrar en mi casa, también, es poder salir a la calle, disfrutar del equipamiento, ir a comprar el pan…Eso significa que hay que enlazar el espacio público y la relación con las diferentes actividades que hacemos. Hace falta un esfuerzo de sensibilización general para entender que todos tenemos que aportar el máximo.

-¿Es Barcelona una ciudad accesible?

Si, en el caso de Barcelona, podemos estar muy orgullosos porque la ciudad es muy accesible. Con lo cual, en lugar de estar encerrados en sus casas, las personas con discapacidad pueden disfrutar de la vida en la ciudad. Pero también hay muchos sectores, sobre todo los comercios y algunos equipamientos históricos, que no son accesibles y no permiten esa autonomía funcional.

-¿Qué ha cambiado en la ciudad para que así sea?

Desde las Olimpiadas de 1992, podríamos decir que ha habido una apuesta decidida, por consenso de todas las fuerzas políticas, de entender la accesibilidad como una prioridad. Además, también hay un número considerable de entidades muy consolidadas que han hecho una labor de presión para que la Administración lo contemple como prioridad. Ha sido una labor muy importante tanto de las entidades del Tercer Sector, como una voluntad política firme.

Destacaría por ejemplo el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, una entidad que trabaja la accesibilidad de forma transversal e intenta que todos los departamentos del Consistorio la tengan en consideración.

Es verdad que no todos los ayuntamientos tienen esa capacidad, sobre todo en ciudades pequeñas, pero de alguna manera debería inspirarles una apuesta tan decidida para que se puedan ir implementando las medidas necesarias.

-¿Qué aspectos deben mejorar los municipios?

Lo que deben hacer las ciudades es conseguir que su arquitectura sea accesible y para eso hay que invertir. Tanto a nivel de edificios públicos, como equipamientos, o la vía pública. Pero también propiciando ayudas y subvenciones para conseguir implementar, por ejemplo, ascensores en los edificios de viviendas que no tienen. En este punto, desde el colectivo de arquitectos tenemos la capacidad y actitud para ayudar a esta transformación funcional.

Cada vez tenemos una población más envejecida, y esa será una de las líneas estratégicas del futuro. Al final, todos queremos vivir en nuestra casa, en el barrio, con nuestros vecinos y una red de relaciones sociales que nos permiten tener confort y felicidad. Por ello, es muy importante conseguir que todas las viviendas sean accesibles para vivir toda la vida y, en función de nuestras capacidades, puedan ir variando.

Es un reto importante que requiere de buenos profesionales que sean expertos en la adaptación de viviendas. Ya que en muchos casos hay que hacer un traje a medida, lo que denominamos adaptaciones funcionales.

Es una respuesta quizás más eficiente, que hacer residencias que tienen un coste muy importante y muchas personas no van a tener la capacidad económica para pagarlas, y en realidad, como en casa no hay mejor lugar.

-¿Cómo puede mejorar el diseño urbano y la arquitectura la calidad de vida de las personas?

Tenemos unas normativas que son de obligado cumplimiento que ya incorporan los temas de movilidad física, y poco a poco los temas de discapacidades sensitivas, mejoras en la comunicación en la señalética, etc. Cuando una ciudad es accesible es más segura para todos, más confortable y amigable. Además, muchas medidas de accesibilidad van en favor de los niños para que puedan ser autónomos. Por lo que hay que tener una visión más amplia de la accesibilidad.

-¿Cuáles crees que serán las líneas de futuro?

De cara al futuro la prioridad debe ser la rehabilitación. Y ya tenemos normativas sobre cómo hay que hacerlo.  Pero considero que hay que incidir en la innovación en la gestión. Por ejemplo, si tenemos dificultades en la instalación de ascensores en algunas comunidades históricas, porque no hay espacio, gracias a la innovación en la gestión, una solución puede ser unir dos bloques de viviendas y optimizar el coste y el espacio. Como ya hemos hecho en algunos inmuebles de Barcelona.

O si tenemos locales que se han quedado vacíos, protegiendo los ejes comerciales, esas plantas bajas se pueden transformar en viviendas accesibles.

De todos modos, hay municipios o barrios que tienen zonas que no son accesibles por las propias características físicas del entorno. Mientras eso se consigue, debemos ser más innovadores en la gestión, y a esa persona que puede tener problemas de accesibilidad, ofrecerle posibilidades como estas plantas bajas en las zonas más accesibles. Hay que optimizar las partes de la ciudad en las que ya se ha hecho una inversión y son accesibles, mientras otras todavía están en este proceso. Debemos encontrar fórmulas provisionales que nos permitan dar respuesta de forma ágil. A veces, todo lo que debe pasar por grandes cambios normativos es muy lento y no nos permite ser lo eficaces que deberíamos.

-¿Qué otras acciones se llevan a cabo desde el COAC?

Tenemos la primera Junta Directiva a la que se ha incorporado un arquitecto con discapacidad auditiva, el vocal Carlos Pérez, que ya está inscrito en el Congreso sobre el Derecho a la Autonomía Personal.

El hecho de que Carlos esté en las juntas, de unas 15 personas, nos hace ser más eficientes en las reuniones porque como él nos lee los labios, nos obliga a tener una única conversación y evita que se generen tres o cuatro conversaciones paralelas. Pensamos que si somos un colectivo que trabaja para mejorar la accesibilidad, tenemos que dar ejemplo en nuestra propia organización.

También estamos impulsando formación sobre accesibilidad a través de la Escola Sert, la escuela de formación continua del COAC, y diferentes ayudas técnicas a través de la Oficina Consultora Técnica (OCT).

Cuando una ciudad es accesible es más segura para todos, más confortable y amigable

Inscríbete al Congreso sobre el derecho a la autonomía personal para estudiar la ciudad en su conjunto como un espacio de convivencia accesible y amigable que facilite el acceso a todos los servicios