El paso de las TIC en las TEP es uno de los ejes para avanzar en la autonomía personal

Los avances tecnológicos prometen cambiar el mundo en los próximos años, de hecho, actualmente y según datos del Observatorio de la Discapacidad Física, 2 de cada 3 personas con discapacidad considera que las TIC pueden mejorar su bienestar. Por lo tanto, podemos entender que tecnología y calidad de vida están ligadas. Para hablar de la revolución tecnológica en el sector de la discapacidad y su aplicación en la vida cotidiana de las personas entrevistamos al divulgador científico Cecilio Angulo, especialista en robótica e inteligencia artificial, y a Jordi Planella, experto en estudios sobre discapacidad y pedagogía social.

 

Cecilio Angulo. Profesor de la UPC. Director del Intelligent Data Science and Artificial Intelligence Research Centre 

-La tecnología ha facilitado la vida a muchas personas, y en especial a personas con discapacidades, pero ¿que falta para avanzar aún más en este sentido?

Hay dos puntos que son críticos para avanzar en el uso de la tecnología. El primero es la oportunidad. Es necesario que la tecnología resuelva un problema o aumente la potencialidad de lo que ahora se utiliza. El segundo punto hace referencia a la usabilidad, que tiene que ver con la aceptabilidad. La tecnología para personas con discapacidad no debe significar un estigma, debe ser un elemento distintivo y personalizable. La tecnología de ‘masas’ es más fácil de abaratar que la tecnología ‘hecha a medida’, de igual manera que ocurre si se compra un mueble o personaliza un coche. Hay que hacer ver a las instituciones públicas que la ‘customización’ es una necesidad en muchos casos de personas con discapacidad.

-¿Qué tecnologías son las más demandadas hoy en día entre la ciudadanía, tenga o no discapacidad?

Personas con discapacidad somos todos, así que las tecnologías demandadas son todas las que lo son a nivel global. Por poner dos ejemplos, las tecnologías que permiten desarrollar exoesqueletos son válidas para personas sin movilidad o por trabajadores que deben llevar una carga pesada. O bien, las tecnologías de realidad aumentada sirven tanto para gente con discapacidad visual como para crear indicaciones para turistas. Hay que entender que la discapacidad es parte de la respuesta y no parte de la pregunta. Hay discapacidades más visibles que otras, pero todo el mundo sufre algún tipo de discapacidad menos visible a la que querría dar respuesta.

-¿Qué cambios se han producido a nivel social con la aparición de nuevas tecnologías en materia de accesibilidad?

El término ‘nuevas tecnologías’ no es nada acertado. Continuamos hablando de las TICs como nuevas tecnologías y están con nosotros desde hace 60 años. Las tecnologías que se proponen en materia de accesibilidad son maduras y así lo ha de entender la sociedad. Adaptar / customizar / hacer usables los elementos tecnológicos no tiene nada nuevo en referencia a la tecnología. Es un tema de ‘nueva inversión’, que hoy por hoy no se está produciendo.

-¿Qué papel juegan las redes sociales en todo esto?

Las redes sociales son los ‘nuevos anuncios de la tele’. Su influencia es capital y hay que saber sacar provecho desde el punto de vista de hacer visible la realidad de las personas con discapacidad, y generar un lenguaje y discurso que permita incluir a las personas con discapacidad dentro de los grupos sociales habituales y no como un grupo ‘diferente’.

«Hay que hacer ver a las instituciones públicas que la ‘customización’ tecnológica es una necesidad en muchos casos de personas con discapacidad»

Jordi Planella. Catedrático de Pedagogía Social de la UOC

-¿Qué falta para que la tecnología permita avanzar en la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad?

En el ámbito de las discapacidades las dificultades se han ido superado con el concepto clásico de tecnología: sillas de ruedas, bastones, gafas, prótesis, etc … que se siguen utilizando actualmente, y estarían más vinculadas a la ortopedia. En cuanto a las tecnologías avanzadas, las que más se utilizan tienen que ver con las apps que tienen como función facilitar un sistema de vida cotidiano más fácil y autónomo. Pero hasta hace poco no había la conciencia por parte de ingenieros y programadores para hacer investigación en esta línea. Lo más complicado es conseguir que masas de profesionales, ingenieros, programadores y técnicos quieran hacer investigación para desarrollar productos y software; y también que los empresarios se ocupen de su producción. Es un cambio de mentalidad y cultura. El ejemplo lo encontramos en las smart cities, cuando piensan en accesibilidad y vemos que todas las personas podemos beneficiarnos, nos damos cuenta de que los efectos del cambio son muy grandes. La inclusión nos pertenece a todas las personas.

-A nivel social, ¿percibes cambios?

Cuando el Estado Español aprobó la LISMI, ahora LGD, era una de las leyes más avanzadas. Pero la realidad es que no se cumple. Lo que hay que hacer es avanzar en la concienciación social, porque podemos tener un marco legal muy bien definido, pero un país como Costa Rica ha avanzado mucho más gracias a la pedagogía, que con la normativa.

Por otra parte, las redes sociales están funcionando muy bien para reivindicar los derechos, y para compartir problemas y experiencias y no tener un sentimiento de aislamiento. Porque la ley puede definir muchas cosas pero la exclusión es una realidad.

-¿Cómo estamos en España en relación a otros países?

En España se han generado cuestiones relevantes como el concepto de diversidad funcional, que es una de las grandes aportaciones que se han hecho con un impacto global, pero en general vamos a remolque. Las teorías y modelos vienen de Inglaterra y Estados Unidos. Nosotros estamos anclados en modelos antiguos de la concepción de la discapacidad y esto repercute en la aplicación de nuevas tecnologías. No ha habido una transformación a nivel social y, por ello, en el impacto de las tecnologías en la mejora de calidad de vida queda mucho por hacer.

-¿Cuáles son los retos de futuro?

Que se lleve a la práctica la ciudad inclusiva. Que todos puedan tener una vida autónoma, o mejor dicho: interdependiente. Hay personas que deberán disponer de recursos como las escuelas de educación especial, pero ¿qué sentido tiene crear productos y servicios especiales? Mi idea de sociedad es diferente, pasa por aplicar el diseño universal desde un inicio, pensar en todas las personas antes de hacer una cosa: ya sea en una charla, una escuela, o un producto.

Hay una ejercicio que necesitamos hacer como sociedad que es aprender a mirar diferente, en positivo, sin miedo. Los niños no tienen una construcción negativa de la diferencia hasta que van creciendo. De forma que hay que romper con los mundos paralelos y que la gente pueda circular libremente por la comunidad.

«No ha habido una transformación a nivel social y, por ello, en el impacto de las tecnologías en la mejora de calidad de vida queda mucho por hacer»

Para proponer medidas de prevención y autocuidado a través de las TIC, inscríbete en el Congreso sobre el derecho a la autonomía personal. Discapacidad física y orgánica, envejecimiento y cronicidad